UN ENTORNO DE TRABAJO MODERNO Y PRÓXIMO AL CLIENTE. LA NUEVA SEDE PRINCIPAL DE MARTOR.

"El número 28 de la calle Lindgesfeld en Gräfrath (Solingen)": El corte más seguro acaba de estrenar una nueva sede central. Y es que MARTOR, el negocio familiar de Solingen líder en el mercado y especialista en cuchillos de seguridad de gran calidad, se ha instalado en su nueva sede principal tras aprox. 18 meses de obras.

Las nuevas instalaciones son, según el director general y copropietario Jan Hendricks, "una inversión en el exitoso futuro de MARTOR y una apuesta por nuestra ciudad, Solingen". Esta apuesta se debe, sobre todo, a la tradición. "Mi mujer es de Solingen y se siente unida a la ciudad, y también la empresa tiene sus raíces aquí". De ahí que se haya optado por permanecer en la localidad en lugar de mudarnos a una ciudad vecina, "aunque hubiera motivos político-económicos y técnicos para hacerlo", aclara Jan Hendricks.

Para festejar la inauguración hubo una acogedora reunión familiar en las nuevas instalaciones de la empresa. Estuvieron invitados todos los empleados y empleadas de MARTOR junto con sus familiares, y todos aquellos que, según Jan Hendricks, "han contribuido de manera activa y positiva a hacer realidad nuestro proyecto de renovación". No estuvieron los representantes de la ciudad de Solingen.

En concreto, lo que se ha construido en el proceso de ampliación de la sede de la empresa son un nuevo y representativo edificio administrativo y una innovadora nave de fabricación. Ambos están comunicados mediante un puente con el antiguo edificio, aún en uso, en la dirección de Heider Hof 60. Antes de la ampliación, las capacidades del área de administración y de fabricación habían llegado a su límite debido al continuo crecimiento de la empresa y al aumento constante en la demanda de cuchillos de seguridad. "Ya no se trataba simplemente de una cuestión de espacio, sino principalmente de conseguir unos procesos de producción más eficientes, un entorno de trabajo más moderno para nuestros empleados y un ambiente más acogedor para nuestros clientes.  Eso es justo lo que hemos logrado junto con todos los participantes en el proyecto", explicó Jan Hendricks.

En el nuevo entorno de trabajo del edificio administrativo se encuentran, en primer lugar, las oficinas y las salas de reuniones; amplias, luminosas y bien equipadas. Para las reuniones creativas hay disponible, p. ej., un taller de ideas; también hay cocinas pequeñas para los descansos cortos y largos, salas para relajarse y una terraza en altura. La arquitectura del interior no solo proporciona un ambiente de trabajo agradable, sino que hace que los clientes se sientan como en casa cuando vienen a MARTOR. Esto se debe, sobre todo, a las "citas industriales" implementadas en los tres pisos de forma artística: Techos altos y abiertos, hormigón visto, grandes superficies de vidrio transparente y cámaras de metal brillante son solo algunos de los elementos que normalmente se encuentran en naves industriales, centros logísticos, etc., es decir, donde se suelen utilizar los cuchillos de seguridad MARTOR.

Al mismo tiempo se ha producido un cambio evidente en la producción de MARTOR. La nueva nave de fabricación está claramente estructurada y provista de nuevos puestos de trabajo en los que elaborar los cuchillos de seguridad MARTOR con un mayor cuidado y dedicación. Otros componentes de la innovadora área de fabricación son los nuevos conceptos de logística y almacenamiento, y una mecanización y digitalización orientadas a objetivos específicos. Tras el relanzamiento de la marca que se realizó hace algunos años, ahora MARTOR también se ha reorganizado en términos de espacio. Pero todavía hay algo que sigue en obras: En la nueva sala de exposición, en la que pronto tendrán lugar cursos de formación externos y otros eventos de la marca especiales para los clientes, aún queda trabajo por un tiempo. "Somos un pequeño negocio familiar y nos esforzamos cada día para mejorar y perfeccionarnos. O sea que no sabemos lo que es estar parados", dice al respecto el director general, Jan Hendricks, con una sonrisa.