En 1976, MARTOR lanzó al mercado el PROFI, el primer cuchillo de seguridad con certificación GS del mundo. Ahora, el líder del mercado de Solingen también se consolida como pionero en ergonomía. Según la IGR, para obtener la certificación de «producto ergonómico», el artículo debe adaptarse óptimamente «a las características físicas de los sujetos de prueba». Para un cuchillo de seguridad, eso supone que debe ajustarse muy bien a la mano y su uso debe resultar cómodo, incluso durante un periodo de tiempo prolongado.
Ese ha sido el caso en los cuchillos con mango de pinza MARTOR SECUPRO 625, SECUPRO MARTEGO y SECUPRO MERAK que se han probado ahora. Se denomina «mango de pinza», porque estos cuchillos de seguridad disponen de una palanca de fácil movimiento en la parte inferior que permite accionar la hoja de forma sencilla y cómoda.
Los tres cuchillos de seguridad se utilizan especialmente en los ámbitos de la logística y la producción. Con ellos pueden cortarse cajas de cartón de diverso grosor, láminas y flejes de plástico, así como manipular mercancía en rollo, revestimientos para pisos, etc. Lo más destacado: Cuando la hoja sale del material a cortar, se retrae al instante en el mango, incluso aunque el usuario lo pase un momento por alto y siga presionando la palanca. Así, queda eficazmente protegido de sufrir accidentes por corte.
Pero los encargados de realizar las pruebas IGR no se limitaron a analizar el manejo y la posición de la mano durante el corte, sino que también evaluaron el proceso de cambio de hoja. El resultado: En este sentido, MARTOR también ha prestado especial atención a la comodidad del usuario y la ergonomía del manejo.
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